sábado, 1 de mayo de 2010

Eric Martín y Asfalticca: un coctel de fuerza musical


Después de su visita con Mr. Big en septiembre del año pasado, volvía a pisar tierra españolas Eric Martin, esta vez con los madrileños Asfálticca, banda tributo de los gran Asfalto.

Puntuales a la cita salieron Asfalticca para calentar al personal que iba entrando a la sala en esta tarde lluviosa, su repertorio casi sin variaciones empezando por la potente “La paz es Verde” seguida de “Desaparecido” con una banda entregada pero que se encontraba ante un público frío y estático.

Así que intentaron subir la intensidad con “Es nuestro Momento” donde los dos vocalistas Ángeles Amador y José A. Álvarez nos deleitaron con un dueto maravilloso, Continuaban intentando que la gente participara un poco más con “Ser Urbano” y su trozo de “Enter Sandman”, con la que consiguieron que por fin se disfrutara un poco de su gran directo y de los grandes clásicos que nos estaban tocando.

Para terminar su actuación nos ofrecieron “Más que una Intención” con público y grupo entregado y disfrutando del final de concierto de Asfálticca que fueron despedidos con una gran ovación por el público, que tardó pero que finalmente reconoció la calidad y el esfuerzo visto encima de las tablas.

Tras media hora de cambios tras el telón y mientras seguía llegando gente a la sala que finalmente presentaría una mitad de aforo, le llegaba el turno a Eric Martin y su banda, empezando por un viejo clásico de Hendrix “Red House” para ir caldeando el ambiente y la voz.

De aquí hasta el final una gran colección de grandes temas francamente potentes, ejecutados, salvo algún olvido de letra, correctamente sin grandes florituras. Lástima que el público no estuviera muy activo esta noche y sencillamente fue al concierto para ver y escuchar, pero poco de sudar, saltar y cantar.

El concierto llegó a su fin que no hará historia pero que fue una buena ocasión para ver en otro plano y en solitario a Eric Martin y disfrutar de todo su talento tanto en lo musical como en lo humorístico, un pequeño lujo al que respondimos bien pocos.

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